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VOCACION Y MISION  EN UN MUNDO SEDIENTO DE DIOS

El próximo domingo IV de Pascua es la fiesta del Buen Pastor, en esta fecha la Iglesia celebra la jornada mundial por las vocaciones, este año es la 57º jornada mundial por las vocaciones.

El Papa Francisco que tantos mensajes ha dado para los sacerdotes y consagrados también escribió su mensaje para esta jornada,  para cuya reflexión escogió  cuatro palabras:  dolor, gratitud, ánimo y alabanza  con las que trata de explicar como la vocación cristiana debe vivir estos pasos. 

 Hoy más que nunca en esta situación que vive el mundo, debemos valorar la misión del sacerdote y consagrado que como buen pastor da su vida por sus ovejas, como lo han dado algunos sacerdotes que han muerto contagiados por la pandemia, hace unos días publicaba un articulo preguntando ¿cuánto vale un sacerdote?  la forma de valorar las cosas según el mundo, es muy distinta según miremos y midamos a las personas, desde el punto de vista económico   por criterios mercantilista y por lo que produce   o lo que tiene como suele hacer la gente que solo piensa en el dinero .          

Pero hoy, hay otros valores más importantes y necesarios que el dinero que no se pueden comprar, como es la vida en el espiritual que Dios los da a través del sacerdote o del consagrado. Muchas familias en este confinamiento han perdido muchos seres queridos y han pedido la presencia de un sacerdote, hoy mas que nunca se han dado cuenta de la ausencia del sacerdote porque no hay culto en los templos cerrados, han desaparecido los funerales  y la despedida de nuestros seres queridos, apenas con un ligero  responso y sin eucaristía lo han tenido que llevar a enterrar al cementerio ,todo eso es doloroso para todos.

Hoy el pueblo católico han sentido la ausencia de la eucaristía dominical presencial lo más valioso de nuestra fe, para poder comulgar sacramentalmente y no han podido, la  necesidad de un sacerdote que acompañe en  la tristeza y el dolor  se hace cada vez mas imperiosa hoy a pesar del esfuerzo y creatividad de los sacerdotes siempre quedara un vacío en el alma  que no se puede llenar con una presencia virtual. 

               Hoy quisiéramos compartir  con todo este mundo del dolor y de necesidad que clama a Dios  en medio de la pandemia que sufrimos ,  la vocación cristiana sacerdotal y consagrada.

El papa Francisco escogió para esta jornada  el pasaje evangélico de Mt.14,22-33  donde nos narra  la noche de la tempestad en el lago de Tiberiades, donde la barca de los discípulos se hundia y Jesús se hará presente  para salvarles.

Es fácil encontrar personas para arreglar problemas materiales,  como algo que se rompió en la casa, un fontanero, un electricista, un albañil, pero hay otras situaciones para cuyo arreglo no sirven  las destrezas manuales que uno tenga o haya estudiado para ello, es decir una profesión.

 Hoy el mundo necesita hombres y mujeres de vocación consagrada, cuando decimos de vocación queremos decir, de  hombres y mujeres que  escucharon en lo más profundo de su corazón  otra voz más allá del ruido del mundo , más allá de su pensamiento , una voz que les llama para cumplir una misión especial en este mundo , una llamada personal para una misión especial, misión divina, más allá de las ofertas que el mundo con su publicidad  intentara seducir o  apagar esa voz intima .Sin embargo en el corazón seguirá resonando una llamada de Dios para un misión personal, que se debe responder  personalmente, porque no puede responder otro por ti.

                Es la vocación, no para una profesión para trabajar sino una misión para vivir, no es para un día o unos años, sino para toda la vida. Y de la respuesta que demos a la llamada, dependerá la vida de otros. por ello es algo muy importante escuchar a quien te llama y para que te llama.

 Y más importante que escuchar, es responder y responder acertadamente. A veces puede parecer clara la llamada, otras veces, puede tener interferencias, necesitamos el silencio de la oración y del encuentro con Dios, pero la llamada la tenemos todos, porque todos creados por amor de Dios quiere que cumplamos una misión de amo, unos para la vida matrimonial otros para la vida sacerdotal o religiosa  y consagrada

                Dar respuesta a esta llamada no es fácil, causa dolor en nuestra vida, supone renuncia, sacrificio, entrega generosa, como aquellos discípulos que Jesús llamó en la playa de Tiberiades, Sígueme, como a Pedro y a Juan, “y dejando su barca y a su padre lo siguieron.” (Mt.4,22)

El Papa nos dirá, que este dolor además de exigir abandonar otros amores que como el polvo se pueden pegar a nuestro corazón, debemos estar dispuestos para afrontar los riesgos y oportunidades en el mar de la vida, nuestra alma puede dejarse encandilar por otras voces de sirenas que pueden seducirnos, por ilusiones  que lleven nuestra barca en vez de  al faro luminoso del puerto seguro,  a otras rutas  equivocadas que no llevan a la vida plena.

 Habrá vientos contrarios de las dificultades, de las dudas y temores, nuestra barca será sacudida por las olas y el viento contrario, como aquella noche en la que los discípulos de Jesús pasaron en su barca zarandeada por las olas que amenazan con hundirnos.   salta el miedo y el temor de no lograr lo, de no estar a la altura de la llamada, pero no estamos solos y en los momentos más oscuros, Jesús como entonces, aparece para   calmar el mar agitado y parar la tormenta y el viento.

 Vivir toda esta aventura lleva dolor pero también traerá gozo. El dolor de la respuesta, exige dejar familia, dejar nuestras riquezas para seguir a Jesús que nos llama, toda elección   es una exigencia que produce dolor, es el dolor de la cruz. Pero traerá el gozo de sentirnos libres de esclavitudes materiales, elegimos con nuestra libertad, podemos decirle al Señor si o poderle decir no porque Dios nos hizo libres. Quien quiera seguirme tome su cruz y me siga.” (mt.1624) “quien quiera” muchos se preguntaron ¿de qué le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida? ( mt.16,26) exige dejar  para  recibir, vaciarse de sí mismo para llenarse   de Dios. 

               Comprometerse en el amor es compromiso para toda la vida, si yo me hago sacerdote o me consagro es para toda la vida , si yo me caso es para toda la vida , el matrimonio y la vida sacerdotal y consagrada son una vocación  a la que Dios nos llama a su servicio para siempre, él no despide a nadie que desee trabajar con él, vocación y misión son inseparables. 

No es fácil no, responder positivamente, y menos en un mundo adverso a los valores del evangelio como el nuestro. Seguir la llamada es cosa de valientes, hemos de pedir al Señor que haya jóvenes valientes que digan un Si generoso a Dios, como la Virgen María, “hágase en mi según tu palabra”(Lc.1,38)

En esta jornada especialmente es para pedir pastores sacerdotes que guíen a su pueblo y ¿dónde nacen estos pastores sacerdotes  que guíen a su pueblo? De donde Dios ha querido que nazca y se desarrolle la vida , de la familia , ella es cuna de toda vocación.

 Por ello los padres de familia tienen una misión muy importante para con Dios y para con sus hijos. No se olviden padres, tener un hijo o hija consagrado es una bendición de Dios, aprovecha la oportunidad si Dios llama a un hijo para ser sacerdote, anímale, incentívale ora por él, la misión de la familia como primeros educadores de sus hijos en la fe es un compromiso de padres cristianos. ¿cómo es el ambiente familiar que viven nuestras familias? Porque lo que se siembra eso se recoge, la mies es mucha los obreros pocos rogad al dueño de la mies que envié obreros a su mies”  Lc.10,2)

Si preguntamos la historia de la vocación de nuestros sacerdote o consagrados , veremos que la mayoría nacieron en un ambiente familiar cristiano, los sacerdotes no caen del cielo, salen de la tierra donde se cultiva la fe y el amor de Dios.

                Gratitud es la segunda palabra que el Papa nos recuerda vivir en nuestra vocación: recordando las palabras de Jesús:” no sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os elegí. Y os he destinado para que den fruto y vuestro fruto dure” (Jn.15,16)

Podemos darnos cuenta que la llamada de Jesús a una vocación tan singular no es por nuestros méritos, sino porque Jesús a querido elegirnos con su infinito amor.¿ porque a mí? Por amor de Dios. por ello,” la vocación mas que una elección nuestra es repuesta a un llamado gratuito del Señor y llegaremos a descubrirla  cuando nuestro corazón se abra a la gratitud y sepa acoger el paso de Dios por nuestra vida”( Papa Francisco)por ello agradezcamos a Dios por los sacerdotes que El nos da a nuestra Iglesia. Hoy agradecer a Dios por la vocación que nos ha dado.

                Vocación y misión van juntos, siempre que Dios nos llama es para cumplir  una misión, ¿qué misión?  ya lo dijimos anteriormente.” os he destinado para que vayáis y  deis fruto…, Jesús eligió a los discípulos, “para que vivieran con él y para enviarles a llevar su evangelio” (Mc.3,13) una misión a veces muy difícil, “Id por todo el mundo y llevad el evangelio a todos los pueblos ,Mt.28 ,19 esta misión no ha terminado continua y Jesús necesita de ti para cumplirlo, se necesita un espíritu misionero , salir de nuestra comodidad , ser una Iglesia en salida para que todos tengan vida y vida en plenitud..

Jesús no les dejará solos en esta misión, por eso le da ánimo, les dirá,” yo estaré con ustedes todos los días  hasta el final del mundo:”Mt.28,20)  sean valientes yo he vencido al mundo” Jn16,33.)

Jesús camina con nosotros, cuando da una misión da las fuerzas para poderla cumplir, por ello tenemos que apoyarnos en El, que nos ha prometido no abandonarnos. Nunca Dios defrauda al que en él confía. nunca nos dejemos desanimar por las dificultades, la fe en su presencia será nuestra fuerza, aunque nos cueste verlo El está. A pesar de nuestras fragilidades y carencias El está, El Papa francisco dice que la fatiga , el cansancio  es un desafío que  tenemos todos,  de querer abandonar este camino, bajar de la cruz, animo, él está a nuestro lado y nos tiende la mano como a Pedro para no hundirnos.

Finalmente la ultima palabra del Papa en su reflexión vocacional es la alabanza poniendo nuestra mirada en María  y su Magnificat: Ella agradecida  por la mirada de Dios en ella. Mi alma glorifica y alaba al Señor porque se fijó en la humildad de su sierva.(Lc.1,46)

El dia del Buen Pastor nuestra Iglesia alaba al Señor y suplica al Señor .Alaba por los buenos misioneros y misioneras  que como el buen pastor dan la vida por sus ovejas, agradece  por ese amor de nuestros sacerdotes que sirven en esta Iglesia , por las mujeres consagradas que sirven en nuestras comunidades, por todo el bien que realiza Dios a través de su entrega generosa. Pero todos somos conscientes que son pocos los sacerdotes con los que cuenta nuestra Iglesia , por ello hoy también nuestra oración para que surjan jóvenes generosos que escuchando la llamada de Jesús digan como María  hágase en mi  según tu lo quieres, que digamos como Jesús ,” aquí estoy mándame para cumplir tu voluntad.”( Hbr.10,9) “ como dice el profeta Isaías,”  oí la voz del Señor que decía: A quien enviaré y quien ira de nuestra parte? Contesté Aquí estoy mándame.” (Is.6,8) Oremos como nos pide Jesús. La mies es mucha ..oren para que el Dueño de la mies envíe obreros a su mies. Necesitamos buenos pastores según el corazón del buen pastor que es Jesús que dio la vida por nosotros y quiere que nosotros sigamos su ejemplo

R.Cob

 

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Monseñor Rafael Cob Garcia
 
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